domingo, 7 de diciembre de 2008

La caida

He cruzado la línea y ya no hay vuelta atrás
He lanzado la piedra y se ha rajado el cristal
He disparado al corazón y no he fallado
He matado una ilusión y soy culpable

Asesino de sueños que no son míos
Ladrón de amor que sin darme cuenta robe
Traidor en épocas de amor y calma
Condena eterna será tu sentencia para mí

Se que no fue desleal, no fue intencional
Aunque se que lo pienses en tu soledad
No soy un farsante, ni un violador
Las olas me arrastraron a tu orilla

La caída de este vuelo, no fue lo ideal
He recorrido las cimas del mundo
Soñando un mañana que no llegara
Mejor terminar antes que la vida
Nos vuelva a golpear

1 comentario:

Cardenal Farenas dijo...

Hola Tuchi! estoy encantado de haber llegado a tu espacio, lugar apacible y lleno de algo que nos encanta en la parroquia: la poesía.

Interesante expresión de las vivencias (y dolores en el corazón) que quizás mucho hemos atravesado en nuestras vidas en mayor o en menor grado, pero al fin y al cabo semejantes. Genial el final racional con el que lo adornaste, ya que generalmente terminamos en medio de una locura.

Si no te importa, seguiré viniendo, no sólo a cobrar los generosos aportes (voluntarios) para las grandes obras de nuestra Orden sino para sentarme un buen rato a leer tus obras.

Bendiciones en prosa