
Los labios húmedos, entreabiertos
deseando el momento de sellarlos,
esperando el contacto que parecía
totalmente inevitable, e irremediable
La boca murmurando sollozos de gozo
el mentón temblando ante la posible proximidad
y no es el miedo lo que te causa pavor
era la sombra que te acariciaba en los sueños
Los labios que solo sabían decirte cosas bonitas
la boca que deseaste y la tuya, la deseada
las veces que se besaron imaginariamente
sin saber como son los sabores
Hoy los labios se sellaron, cerrados están
inertes convulsionan hacia adentro
tragando los sinsabores que solo quedan
cuando se enmohece lo que pareció amor